CRISIS… ¿qué crisis?
Esto no es una crisis, es un cambio de modelo social, me temo que a peor, porque tiene todos los ingredientes de un nuevo fascismo. Sucedió ya con nuestra entrada al espacio euro, ¿lo recuerdan?, el cambio de moneda produjo una automática devaluación de al menos un 20% de los salarios, todos fuimos conscientes, pero la mayoría callamos por puro furor europeista. Hoy nos culpan a los inocentes del fiasco económico, pero ninguno de nosotros se ha llevado un solo euro de los millones desaparecidos. Dicen que quisimos vivir por encima de nuestras posibilidades, pero yo solo conozco gente honrada, trabajadora y mas bien pobre, que sobrevive con esfuerzo para llegar a fin de mes, ¿dónde está su derroche, si nunca tuvo que malgastar?. Pero vamos a pagar caro nuestro «ir tirando», porque ahora la factura nos la pasan a todos los que pagamos impuestos a través de nómina (el resto no paga impuestos, no se engañen), y lo pagaremos también a costa de nuestro «estado de bienestar» ( de «ir tirando» lo llamo yo), es decir, adiós a las gratuidades de nuestros derechos básicos: educación y sanidad. En fin, esto es la crisis, un recorte de derechos civiles para los ciudadanos de a pie, en los que la edad de jubilación puede ser hasta que te mueras, la jornada laboral volverá a ser de «sol a sol» y la semana inglesa será de nuevo solo para los ingleses. Volverá el niño yuntero que decía el poeta, hundido hasta el cuello en el barbecho, cada día más raíz, menos criatura… Y serán nuestros hijos y nuestros nietos…